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lunes, julio 09, 2007

El justo que pagó por pecador.

El “cheque de cambio” de La Moneda

Isidro Solís es de las personas que –al menos en Chile- no sirven para la política. De bajo perfil en ocasiones en las que debería destacarse, y deslenguado cuando es mejor callar, el ex Ministro de Justicia no sólo desató un torbellino en la Concertación, sino que también gatilló un quiebre interno en el Partido Radical. Una polarización que tarde o temprano, saldría a la luz.


Por: Alejandra Yermany

A eso de las 20:30 horas del 26 de marzo, con una presidenta vestida de rojo furioso y asumiendo errores, el gobierno terminó con el misterio y anunció el esperado cambio en su gabinete. En plena crisis del Transantiago y tras la baja en las encuestas, la mandataria decidió sacar a los ministros de Defensa, Vivianne Blanlot (PPD); de la Secretaría General de la Presidencia, Paulina Veloso (PS); de Justicia, Isidro Solís (PRSD) y de Transportes, el aplaudido Sergio Espejo (DC).


Y aunque la opinión pública ya esperaba un nuevo gabinete, la decisión de la presidenta no dejó indiferente a nadie y para muchos, pagaron “justos por pecadores”. Tanto así, que el descontento se dejó ver en varios de los destituidos, como la ministra Blanlot o el radical Isidro Solís, quién contraatacó asegurando “presiones de la DC en la decisión de la presidenta”.


Remezón político en la Concertación y más que un tirón de orejas por parte del presidente del PRSD, José Antonio Gómez, quien discrepó con su “colega” en momentos en que lo esperado es un espaldarazo. Es que al parecer, para Solís, el enemigo está en casa.


El perfil de un líder


Isidro Solís trabaja hoy en un bufette de abogados en la calle Huérfanos. Está abocado al trabajo particular y ha dejado de lado las rencillas políticas. Su amigo y colega, Juan Pablo Hermosilla no escatima en halagos y asegura que este último tiempo fue duro para Solís.


Y aunque cuenta que es un tipo reservado, todo Chile vio a través de la prensa las fuertes declaraciones en contra de la DC, efectuadas luego de su destitución.

“Si Isidro dijo lo que dijo, por algo es” comenta en su escritorio Hermosilla, quien asegura que su amigo es un hombre directo y a veces “algo puntudo”.


La historia de Solís así lo demuestra. Desde muy joven formó parte del Partido Radical, pero siempre ligado al ala izquierdista, la Juventud Radical Revolucionaria. Hermosilla cuenta que tanto él -militante comunista- como Solís, participaron en distintas manifestaciones e incluso, cuando el presidente del PRSD por esos años, Anselmo Sule propuso la vía armada desde el exilio, Solís compartió aquel pensamiento.

“Solís siempre tiró más hacia la izquierda que hacia el centro y por ahí pueden venir los problemas que hoy tiene con Gómez, que es un tipo más de centro, amigo de Alvear” cuenta Hermosilla. Sin embargo, el camino de ambos, al menos en un principio, los perfiló como grandes líderes y buenos amigos.


Eso cuenta Juan Osorio, Presidente Nacional de Profesores Radicales, quien conoce la trayectoria de Gómez y Solís desde sus comienzos en el PRSD, y asegura que ambos tienen caracteres muy fuertes y un “claro perfil de líder”.

Sin embargo, también cuenta que en las últimas elecciones internas, comenzaron las diferenciaciones y el distanciamiento.

“Se formaron dos listas y ganó la que estaba conformada por Gómez, Solís y el actual secretario general Ernesto Velasco. A pesar de pertenecer al bando ganador, desde entonces se perfilaron como dos líderes y empezaron las pugnas internas por el poder”, cuenta Osorio.


El sendero personal

Más allá de los líos al interior de su partido, el camino individual de Isidro Solís ha solventado su carrera política y profesional.

Ya en democracia, fue llamado por Aylwin para participar como Jefe de la División Jurídica de la Secretaría General de la Presidencia. Mas tarde fue Jefe de Gendarmería, en una época en donde los presos políticos y los intentos de fuga –muchas veces armados- fueron la tónica de su gestión. Durante el período de Lagos fue sub-secretario de Minería durante un año y posteriormente sub-secretario de aviación en el Ministerio de Justicia, en ese entonces al mando de Michelle Bachelet.

Ahí se conocieron, pero según cuenta Hermosilla, la confianza y las buenas relaciones se acrecentaron cuando Solís se encargó de la defensa de Francisca Dávalos, una de las hijas de la presidenta, luego que se viera envuelta en un choque –al parecer- en estado de ebriedad.

Tiempo después, ocho meses antes de las elecciones, Isidro Solís renuncia a su cargo en el ministerio de justicia para unirse al comando de Michelle Bachelet.


Su estabilidad económica generada por los ingresos privados ejerciendo la abogacía y su seguridad y apoyo incondicional a la campaña de Michelle Bachelet
fueron fundamentales. Tanto así, que hay quienes aseguran que dispuso de su propio dinero en la campaña de Bachelet. Hermosilla señala que Solís es un apasionado por la política, un hombre independiente económicamente que al no tener mayores ambiciones de poder político, pone todo de sí en las campañas que emprende.


Pugnas internas


Cuesta entender la reciente decisión de la presidenta al bajarlo del Ministerio de Justicia. Es sabido por todos que la crisis del Transantiago desató finalmente el cambio de gabinete pero no hay mayores explicaciones sobre la destitución de Solís.

Tanto así, que no tubo problemas en sostener frente a la prensa que la presidenta había actuado bajo presión política por parte de la DC.

"El Partido Demócrata Cristiano estableció que no era aceptable que el costo de esta crisis lo pagara sólo un partido, que tenían que asumirlo todos los partidos de la Concertación, por lo cual se exigió la salida de un ministro de cada partido. De la coalición, soy el único ministro radical, no quedaba otra alternativa y, por lo tanto, toca pagar lo que son los contenidos de esta crisis", aseguró Solís a distintos medios de comunicación, a sólo 24 horas del cambio de gabinete.

Obviamente, las repercusiones de sus dichos no se hicieron esperar. Soledad Alvear aseguró que “la Presidenta de la República ha tomado las decisiones que a ella le han parecido competentes y nosotros(los cuatro presidentes de los partidos de la Concertación) le señalamos, antes que las tomara, que íbamos a apoyar cualquiera que sean estas”.

El recién nombrado Ministro Secretario General de la Presidencia, Antonio Viera-Gallo también formó parte de la polémica al decir, en declaraciones a TVN que “no hay que buscar tantas explicaciones porque (Solís) corre el gravísimo riesgo de que la Presidenta diga, mira, no fue por eso que lo saqué, fue por otras cosas…”, nombrando los problemas que enfrentó el ex ministro durante su gestión (pugna con los supremos y el retraso en el nombramiento de jueces) a lo que Solís respondió “Al señor Viera-Gallo no le voy a contestar de la manera en que se lo merece, única y exclusivamente porque hoy, en su condición de ministro de Estado, está bajo la protección de la Presidenta. El día en que deje de serlo, le contestaré como se merece”.

Hermosilla nos cuenta que, si Solís polemizó con el cambio de gabinete, es porque “deben existir las irregularidades a las que él se refiere. Isidro no habla por hablar, lo conozco hace treinta años y siempre tiene fundamentos para lo que dice”.

Efectivamente, días después Soledad Alvear señaló –sin utilizar la palabra “presiones” que “"nunca la DC ha pedido la renuncia de determinados ministros. Lo que se ha pedido es que no sólo el ministro de Transporte asuma las responsabilidades".

Y desde su propio partido, siguieron las críticas. “Yo creo que la Presidenta de la República hizo cambios que ella consideraba necesarios en el ámbito del desarrollo de las políticas de Gobierno así que no comparto para nada esa declaración”, señaló José Antonio Gómez, dejando en evidencia las pugnas y la polarización dentro del Partido Radical, con miras a las próximas elecciones interinas.

Juan Osorio insiste en bajarle el perfil a esta supuesta pugna por el liderazgo entre ambos cabecillas, pero si asegura que existe una marcada polarización dentro del PRSD, sólo que “aún no sale a la luz pública. Incluso dentro del partido se puede ver a Gómez con Solís compartiendo reuniones y comidas, saludándose y conversando normalmente, aunque hay quienes sabemos que existen dos bandos”.

La cercanía de las elecciones internas acrecentaría más esta pugna que, según cuenta Juan Pablo Hermosilla “es cada vez más evidente”.

Así podría entenderse también la reciente destitución de Alfredo Bañados, a quien Solís en su calidad de ministro de Justicia asignó la jefatura de Gendarmería. Como el nuevo ministro de Justicia, Carlos Maldonado es, según palabras de Hermosilla “un tipo inexperto, sin mayores capacidades y muy amigo de Gómez, algo así como un mandado del presidente del PRSD al que le queda chico el cargo”, la destitución de Bañados se lee como una estrategia política. Si sale Solís, también sale su amigo y mano derecha.

Es curioso que, ante todo este panorama, Solís esté tranquilo. Hermosilla asegura que su amigo terminó su período ministerial sin romper las buenas relaciones con Michelle Bachelet, a pesar de que, según su parecer, “lo que hizo la DC debería entenderse como un pequeño golpe de estado de al menos una parte de ésta”.

Solís está tranquilo, pero las elecciones del PRSD se acercan y los ánimos entre los “solistas” y los “gomistas” se calientan cada vez más. Más aún cuando -según cuenta Osorio- hace sólo algunas horas, Solís aseguró que iría por la presidencia.

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posted by Alejandra Yermany @ 6:34 p. m.  
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About Me: Mi nombre es Alejandra Yermany, mido un poco más de metro y medio, mi color de piel es blanquecino (nácar, madre perla), ojos redondos, pelo castaño claro, nariz aguileña ("perfil griego" segun mi mamá). Si me visto de negro me retan y si me pongo colores no soy yo. No se ser sexy ni silbar. Me pinto las uñas negras y me gusta Hello Kitty. Hago muecas al hablar, reir, llorar, toser, estornudar, cantar, bailar....y se me va el ojo derecho, pero casi no se nota. Soy poco tolerante pero muy simpatica cuando quiero. Escucho reggaeton y a veces bailo sola en mi casa. Puedo ser muy inteligente y muy tonta a la vez. Tengo una bici rosada, un perro poodle, un celular negro y un novio artista. Quiero ser hippie pero me encanta la plata. Viviría en una choza pero bien decorada. Soy mañosa, histérica, tierna, responsable, caotica y capricornio. El mundo me queda un poco grande y vivo casi en una burbuja, pero si me dices vámonos y me tienes todo listo, me voy contigo.
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